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Un viejo fenómeno en el mundo digital es la irresponsabilidad. Continuamente vemos en los medios como se ensalzan los abusos y los fraudes en la red, pero la responsabilidad en Internet es cosa de todos. Mucha gente no se toma en serio la responsabilidad digital. Aparentemente resulta fácil ocultar la identidad y las acciones, pero todo queda registrado en la red y todo puede saberse. Es cuestión de tiempo, de interés y de poder tecnológico. La invisibilidad hace parte de la virtualidad, pero esta no se traduce ni mucho menos en  impunidad. Además de una ética individual, que hay que cumplir y profundizar, hay que añadir una ética social. Aunque actualmente la puedan estar impulsando diversas organizaciones, es un deber de los gobiernos y de las administraciones públicas, ser competentes en ella y ayudar a su implementación social. Es un tema urgente, que hay que influir para que se incluya en sus agendas.
Los padres fundadores de Internet

La digitalización es un tema serio. Existen unos límites al crecimiento prometido. Límites éticos, de salud pública y de legalidad, y límites físicos, de la energía eléctrica disponible. Esto exige una responsabilidad social. Hemos dicho ya, que las empresas deberían incluir dentro de su Responsabilidad Social Corporativa (RSC), una Responsabilidad Digital Corporativa (RDC), haciendo una digitalización verde y optativa (ver mi post Responsabilidad Digital Corporativa). Pero la digitalización sostenible es cosa de todos. Tanto de las iniciativas organizadas de la sociedad civil, como de las ONG, de la Universidad, de los I+D, como de los Gobiernos, que hemos votado para gestionar la cosa pública. Este es el ámbito de la Responsabilidad Social Digital (RSD)La responsabilidad social digital es el programa de la ética digital aplicado a la sociedad. No podemos seguir sin tener gobiernos capaces de entender las transformación social tecnológica, que está teniendo lugar, sin poner medidas para garantizar una adecuada salud pública digital y una convivencia digital enriquecedora, así como una digitalización energéticamente sostenible. Cada vez más grande es el gap entre los gobiernos analógicos y la sociedad digital, entre sectores sociales subdigitalizados y sectores ultradigitalizados, Es necesario, un aggioramento de la administración pública y de los gobiernos en este sentido.


Queremos proponer una serie de puntos que podrían constituir esta Responsabilidad Social Digital:
  1. Aplicación de la digitalización verde: Impulsar todas las iniciativas públicas y privadas, enfocadas a reducir y optimizar el consumo eléctrico y la reducción de residuos. Deberían regularse unos mínimos óptimos y hacerlos cumplir mediante legislación. Debería exigirse también un consumo inferior de las tecnologías digitales, que en sus equivalentes analógicos.
  2. Aplicación de la digitalización optativa: Crear una regulación de zonas des-digitalizadas por ámbitos y sectores, como implementación del derecho de libre conexión o desconexión. También debiera existir la posibilidad de establecer moratorias digitales, en la aplicación de tecnologías en general,  o para algunos sectores de la población o ámbitos sociales.
  3. Regular el cumplimiento de los derechos digitales: Los derechos digitales y de Internet (ver Digitalizar y castigar: los derechos digitales), deben ser preservados por la administración. Esta debe poner su celo en el estricto cumplimiento, en que no se realizan abusos y debe incluso tener un Ombudsman Digital, para velar incluso por el cumplimiento de la misma administración, en defensa de los ciudadanos.
  4. Programas de salud publica digital: El abuso de las tecnologías puede generar patologías digitales (ver El reverso de la ética digital: patologías y delincuencia). En la mano de la administración está informar a los ciudadanos, de las enfermedades a las que hacer frente, así como proveer de los programas adecuados para su detección temprana y curación. 
  5. Programas de prevención de los delitos digitales: Los delitos digitales, deben ser comprendidos por la población y deben existir campañas de prevención. No existe la misma percepción por parte de la población, que con los delitos analógicos y ni mucho menos, una conciencia de su equivalencia penal o gravedad. Los peligros y las penas a las que uno se expone, deben ser bien entendidas. La recomendación de unas buenas prácticas, debe ser una vocación pública y las medidas de seguridad, deben ser recomendadas para prevenir los delitos, especialmente a los colectivos de riesgo como niños y adolescentes.
  6. Programas de una digitalización colaborativa: La digitalización reproduce su sistema organizativo en red como si se tratara de fractales. La cooperación y la colaboración entre iguales, transversal es absolutamente indispensable. Es en estos ámbitos de autodeterminación donde el gobierno debe conceder la capacidad de autogestión a los ciudadanos. Este es el caso, por ejemplo, de autorizar monedas complementarias digitales como el bitcoin y otras criptomonedas. 
  7. Reformas digitales de la administración: La administración debe predicar con el ejemplo. Y queda mucho para su adaptación al medio digital. Pero esta no puede llevarse a cabo sin un cambio en el estatuto de funcionario. La jerarquía y el control de tiempo, se llevan mal con las necesidades digitales, Es necesario un trabajo por objetivos, con horario flexible y una organización más plana, con un gran sentido de trabajo en equipo. Una organización más parecida al voluntariado o las ONG.
  8. Actualización digital del sistema político: No puede ser que en un mundo digital haya parlamentos, que funcionan con la misma mecánica que el siglo XIX. La participación ciudadana debe ser más constante. Los ciudadanos deber poder votar electrónicamente y ser consultados en los procesos legislativos importantes constantemente. También las iniciativas populares deben poder revocar un gobierno cuando este pierde una gran parte de sus apoyos. ¿Qué legitimidad tiene un gobierno, como sucede en España, que ha perdido el 50% del apoyo de sus votantes? ¿Qué legitimidad tiene un gobierno que incumple sistemáticamente su programa electoral? ¿O como pasa en Cataluña, un gobierno que no gobierna? Se necesita una participación digital progresiva y razonable de los ciudadanos en el sistema político. No puede ser que los ciudadanos tengan que esperar cuatro años, ante la impunidad de unos gobernantes, que gobiernan a espaldas de los ciudadanos, existiendo los medios digitales para que esto no suceda (ver Una democracia colaborativa digital). 
Entre todas las tareas de los gobiernos, que afectan al mundo digital, existe una tan fundamental como es el futuro organizativo de Internet. Internet es la madre del universo digital. Es el tema de la neutralidad de la red:  todos los web fueron creados iguales. No debe haber discriminación de los sitios web por contenidos. Otra cosa es el pago por contenidos, pero el bloqueo de contenidos debe ser siempre optativo, personal. También es diferente el caso de páginas, que tengan actividades delictivas, pues un gobierno siempre tendrá la posibilidad de clausurarlas, aunque en este aspecto es importante que exista una cooperación internacional para que sea más efectivo. Existe un intenso debate en muchos países, entre las fuerzas represivas y las expansivas. Por ejemplo, EEUU en base al explícito deseo de Obama, ha aplazado la votación de una Ley que podría acabar con la neutralidad de Internet. La EFF (Electronic Forntier Foundation) es bastante optimista al respecto y exige unos mínimos principios:

  1. No bloqueo. Si un consumidor solicita acceso a un sitio web o servicio, y el contenido es legal, a su ISP no se debe permitir bloquearlo. De esta manera, todos los actores del mercado -no sólo los socios comerciales de un ISP-, tienen una oportunidad justa para su negocio.
  2. No estrangulamiento.
  3. Una mayor transparencia, incluso con respecto a la interconexión.
  4. No se debe pagar el establecimiento de prioridades. "Ningún servicio debe ser atascado en una 'vía lenta', por no pagar una cuota."

Y no sólo la neutralidad de la red es importante, sino que con el Big Data, también es fundamental la neutralidad y transparencia algoritmica, para que sepamos como las máquinas toman importantes decisiones sobre nosotros. Los efectos de la neutralidad de la red son muy importantes en una economía colaborativa. No sólo se trata de derechos digitales, de libertad de uso y expresión, de igualdad de contenidos y de fraternidad de los nodos de la red, se trata, que este modelo estimula la competición, la innovación y la emprendeduría. Evita que nadie monopolice los niveles OSI más bajos, para restringir los contenidos que se transmiten por la red.

Internet es la columna dorsal del mundo digital. Es una responsabilidad de todos mantenerla con el espíritu con el que fue creada. Sólo así servirá para nuestra supervivencia, cuando los tiempos difíciles que se avecinan, nos exijan soluciones complejas a las que nunca nos hemos enfrentado.

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